Todo en la vida está compuesto por una serie de elementos, que juntos hacen provecho para el hombre. Existe la tabla de los elementos, los cuales, en su gran mayoría, solos, no le son de utilidad al hombre. Por ejemplo, el agua, es el compuesto de dos elementos, H2O es la forma de representarlo dando a conocer los componentes que la integran. Sin uno de ellos no es agua. Incluso si se varía la cantidad de alguno dejará de ser agua, para convertirse en otra cosa que no será agua. Así sucede con todo lo que existe, incluso con lo que el hombre ha creado artificialmente, como el plástico, el vidrio, algunos tejidos y tantas otras cosas más.
Bueno, de igual manera le sucede al cristiano. Existen una serie de elementos que deben de ser característicos para que la fe cristiana se lleve a la vivencia de todos los días. Para eso vamos a analizar lo que el apóstol Pablo le indica a Tito en la carta enviada a Creta, después de haber salido de su primera prisión en Roma (Hch 28:16-30).
Al parecer, las iglesias que se levantaron en Creta estaban siendo amenazadas por maestros judeo-gnósticos (Ti 1:10-16), al igual que las iglesias en el área de Efeso (1 Tim 1:3-7, 19-20; 4:1-2; 6:20; 2 Tim 4:3-4). Tito, que sus padres fueron griegos (Gal 2:3), a quien Pablo llama hijo en la fe, acompañó a Pablo a Jerusalén para oponerse a los judíos cristianos que exigía la circuncisión de los gentiles (Hch 15: 1-29, Gál 2:1).
En el primer verso de la carta a Tito encontramos tres elementos de la fe cristiana:
"Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, conforme a la fe de los escogidos de Dios y el conocimiento de la verdad que es según la piedad" Tito 1:1
Pablo habla de "fe" (de los escogidos)que es el primer elemento. Es decir, se refiere a la acción de creerle a Dios (2 Tim 2:10). El ministerio de Pablo estaba dirigido a proclamar el evangelio para despertar fe en las personas. El segundo elemento es el conocimiento (de la verdad), es decir, la verdad del mensaje cristiano (1 Tim 2:4; 4:3; 2Tim 2:25; 3:7). Y el tercer elemento es la piedad, que se trata de la expresión de la fe interior en términos de una vida buena y recta (1Tim 2:2).
Existe el peligro de edificar nuestra vida solo sobre uno o dos de estos componentes y no tomar en cuenta los que faltan. Si solo tengo fe, puedo caer en una especie de super fe que me lleve a un triunfalismo irreal, y si no la tengo, tendría una experiencia cristiana caracterizada por el humanismo, quizá una vivencia racional del cristianismo. Si tengo solo conocimiento y ninguno de los otros dos, me volveré vano (1 Cor 8:1), la experiencia cristiana puede convertirse en algo muy intelectual, donde estoy de acuerdo con Dios en la doctrina pero no llevo ese conocimiento a la práctica. O bien podría convertirme en una persona áspera y amargada (Ap 2:4). Y si no tengo conocimiento, seré una persona inmadura espiritualmente (Heb 5:11-14)
Si solo tengo una profunda piedad mi experiencia cristiana se reduce a una religiosidad superficial. Si tengo piedad y fe, pero no conocimiento, mi cristianismo sería solo un cristianismo que podría generar en prácticas no cristianas. Sin la experiencia de adorar a Dios (expresión de la piedad), tendría una especie de religión intelectuable. si tengo conocimiento y fe, pero esto no se refleja en una vida piadosa (es decir santa, justa, íntegra), entonces mi cristianismo no estaría completo.
Llegamos a formar un triángulo con los tres elementos: fe, conocimiento y piedad. Fe y esperanza son casi sinónimas, la esperanza de la vida eterna se fundamenta en la promesa de Dios, y como Él no miente, es seguro que la tenemos.
Bueno, de igual manera le sucede al cristiano. Existen una serie de elementos que deben de ser característicos para que la fe cristiana se lleve a la vivencia de todos los días. Para eso vamos a analizar lo que el apóstol Pablo le indica a Tito en la carta enviada a Creta, después de haber salido de su primera prisión en Roma (Hch 28:16-30).
Al parecer, las iglesias que se levantaron en Creta estaban siendo amenazadas por maestros judeo-gnósticos (Ti 1:10-16), al igual que las iglesias en el área de Efeso (1 Tim 1:3-7, 19-20; 4:1-2; 6:20; 2 Tim 4:3-4). Tito, que sus padres fueron griegos (Gal 2:3), a quien Pablo llama hijo en la fe, acompañó a Pablo a Jerusalén para oponerse a los judíos cristianos que exigía la circuncisión de los gentiles (Hch 15: 1-29, Gál 2:1).
En el primer verso de la carta a Tito encontramos tres elementos de la fe cristiana:
"Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, conforme a la fe de los escogidos de Dios y el conocimiento de la verdad que es según la piedad" Tito 1:1
Pablo habla de "fe" (de los escogidos)que es el primer elemento. Es decir, se refiere a la acción de creerle a Dios (2 Tim 2:10). El ministerio de Pablo estaba dirigido a proclamar el evangelio para despertar fe en las personas. El segundo elemento es el conocimiento (de la verdad), es decir, la verdad del mensaje cristiano (1 Tim 2:4; 4:3; 2Tim 2:25; 3:7). Y el tercer elemento es la piedad, que se trata de la expresión de la fe interior en términos de una vida buena y recta (1Tim 2:2).
Existe el peligro de edificar nuestra vida solo sobre uno o dos de estos componentes y no tomar en cuenta los que faltan. Si solo tengo fe, puedo caer en una especie de super fe que me lleve a un triunfalismo irreal, y si no la tengo, tendría una experiencia cristiana caracterizada por el humanismo, quizá una vivencia racional del cristianismo. Si tengo solo conocimiento y ninguno de los otros dos, me volveré vano (1 Cor 8:1), la experiencia cristiana puede convertirse en algo muy intelectual, donde estoy de acuerdo con Dios en la doctrina pero no llevo ese conocimiento a la práctica. O bien podría convertirme en una persona áspera y amargada (Ap 2:4). Y si no tengo conocimiento, seré una persona inmadura espiritualmente (Heb 5:11-14)
Si solo tengo una profunda piedad mi experiencia cristiana se reduce a una religiosidad superficial. Si tengo piedad y fe, pero no conocimiento, mi cristianismo sería solo un cristianismo que podría generar en prácticas no cristianas. Sin la experiencia de adorar a Dios (expresión de la piedad), tendría una especie de religión intelectuable. si tengo conocimiento y fe, pero esto no se refleja en una vida piadosa (es decir santa, justa, íntegra), entonces mi cristianismo no estaría completo.
Llegamos a formar un triángulo con los tres elementos: fe, conocimiento y piedad. Fe y esperanza son casi sinónimas, la esperanza de la vida eterna se fundamenta en la promesa de Dios, y como Él no miente, es seguro que la tenemos.