Aunque variadas, las respuestas siempre terminan por expresar alguna idea del carácter cristiano, usando expresiones tales como "semejante a Dios", "ser como Cristo", o el "fruto del Espíritu Santo".
La devoción a Dios incluye el carácter cristiano, pero es mucho más que eso. Hay un aspecto de la devoción a Dios que es más fundamental que un carácter cristiano. De hecho, es el fundamento sobre el cual se construye el carácter piadoso.
La devoción no es una actividad, es una actitud hacia Dios. Esta actitud se compone de tres elementos esenciales: el temor de Dios, el amor de Dios y el deseo de Dios. De esta actitud hacia Dios sale el carácter y la conducta que consideramos piadosos. Tantas veces tratamos de desarrollar un caracter y una conducta cristianos sin tomarnos el tiempo para desarrollar una devoción centrada en Dios. Tratamos de agradar a Dios sin tomar el tiempo para caminar con él y desarrollar una relación con él. Esto es imposible.
¿Es necesario ejercitarse para la devoción? Nosotros como cristianos podemos ser muy disciplinados y diligentes en nuestro trabajo, nuestro estudio, nuestro hogar, o aún en nuestro ministerio, pero somos perezosos al tener que ejercitarnos en nuestra vida espiritual. Preferimos pedirle a Dios "Señor dame devoción a ti", y esperar que el derrame un poco de devoción en nuestra alma de alguna forma misteriosa. Es cierto que Dios obra en formas misteriosos para hacernos más devotos, pero no lo hace sin el cumplimiento de nuestra responsabilidad personal. Debemos ejercitarnos para la devoción a Dios.
Pablo dijo: "Ejercítate para la piedad" (1Ti 4:7). Usted y yo somos responsables de nuestro propio entrenamiento. Dependemos de Dios para recibir su poder, pero nosotros somos los responsables, no somos pasivos durante el proceso. Nuestro objetivo en este proceso es la piedad, no la excelencia en el ministerio, sino una devoción centrada en Dios y un carácter piadoso. Es cierto que queremos desarrollar excelencia en el ministerio pero para el entrenamiento para la devoción a Dios queremos concentrarnos en nuestra relación con Dios.
El entrenamiento en la devoción a Dios también requiere del ministerio educativo del Espíritu Santo a través de su Palabra. Caminar con Dios involucra tener comunión con él. Su palabra es absolutamente imprescindible y central para tener comunión con él. Un requisito para agradar a Dios es conocer su voluntad, como quiere que vivamos, que quiere que hagamos. Su palabra es el único medio que Dios usa para comunicarnos su voluntad. Es imposible tener una devoción activa a Dios sin ingerir su Palabra en forma constante, consistente y balanceada.
¿Estás preparado para aceptar tu responsabilidad y asumir el compromiso de ejercitarte para una devoción más profunda?
Tomado del libro "Un encuentro con Dios",pág. #146 (autor Jerry Bridges, La devoción a Dios en acción. Misión Andina Evangélica, Perú, 2001)
La devoción a Dios incluye el carácter cristiano, pero es mucho más que eso. Hay un aspecto de la devoción a Dios que es más fundamental que un carácter cristiano. De hecho, es el fundamento sobre el cual se construye el carácter piadoso.
La devoción no es una actividad, es una actitud hacia Dios. Esta actitud se compone de tres elementos esenciales: el temor de Dios, el amor de Dios y el deseo de Dios. De esta actitud hacia Dios sale el carácter y la conducta que consideramos piadosos. Tantas veces tratamos de desarrollar un caracter y una conducta cristianos sin tomarnos el tiempo para desarrollar una devoción centrada en Dios. Tratamos de agradar a Dios sin tomar el tiempo para caminar con él y desarrollar una relación con él. Esto es imposible.
¿Es necesario ejercitarse para la devoción? Nosotros como cristianos podemos ser muy disciplinados y diligentes en nuestro trabajo, nuestro estudio, nuestro hogar, o aún en nuestro ministerio, pero somos perezosos al tener que ejercitarnos en nuestra vida espiritual. Preferimos pedirle a Dios "Señor dame devoción a ti", y esperar que el derrame un poco de devoción en nuestra alma de alguna forma misteriosa. Es cierto que Dios obra en formas misteriosos para hacernos más devotos, pero no lo hace sin el cumplimiento de nuestra responsabilidad personal. Debemos ejercitarnos para la devoción a Dios.
Pablo dijo: "Ejercítate para la piedad" (1Ti 4:7). Usted y yo somos responsables de nuestro propio entrenamiento. Dependemos de Dios para recibir su poder, pero nosotros somos los responsables, no somos pasivos durante el proceso. Nuestro objetivo en este proceso es la piedad, no la excelencia en el ministerio, sino una devoción centrada en Dios y un carácter piadoso. Es cierto que queremos desarrollar excelencia en el ministerio pero para el entrenamiento para la devoción a Dios queremos concentrarnos en nuestra relación con Dios.
El entrenamiento en la devoción a Dios también requiere del ministerio educativo del Espíritu Santo a través de su Palabra. Caminar con Dios involucra tener comunión con él. Su palabra es absolutamente imprescindible y central para tener comunión con él. Un requisito para agradar a Dios es conocer su voluntad, como quiere que vivamos, que quiere que hagamos. Su palabra es el único medio que Dios usa para comunicarnos su voluntad. Es imposible tener una devoción activa a Dios sin ingerir su Palabra en forma constante, consistente y balanceada.
¿Estás preparado para aceptar tu responsabilidad y asumir el compromiso de ejercitarte para una devoción más profunda?
Tomado del libro "Un encuentro con Dios",pág. #146 (autor Jerry Bridges, La devoción a Dios en acción. Misión Andina Evangélica, Perú, 2001)