El arma del diablo


Si el diablo y sus demonios han sido derrotados, privados de su libertad por la hazaña de Cristo en la cruz, por qué existen cristianos derrotados? Podríamos responder a la ligera a esta pregunta, una respuesta puede ser porque en realidad nunca fueron cristianos. Pero a la verdad, vemos como creyentes que caminaron firmes a través de los años y de las circunstancias de la vida, terminan abandonando el evangelio,o viviendo "una vida cristiana en derrota", si se puede llamar así.

Para esa pregunta, la respuesta reside en una sola palabra: engaño. Satanás nos miente o nos engaña haciéndonos creer que una mentira es verdad, que algo es real cuando no lo es, que lo equivocado es correcto y bueno, y que lo correcto es equivocado y malo.

Si creemos sus mentiras, ya habrá ganado donde colocar un pie en nuestras vidas, y después se acomodará tanto como se lo permitamos. No tiene derecho legal a hacerlo, pero lo hará si se lo permitimos. En Juan 10:10 Jesús dice que el propósito de un ladrón es matar, robar y destruir. Satanás es un ladrón, busca robar y destruir aquello que no es legalmente suyo. Tenemos el poder y la autoridad para detenerle en todas las ocasiones, sin embargo, intentará hacernos pensar que no podemos hacerlo, buscará aparentar y actuar como si estuviera al mando.

Quiere hacernos pensar que somos débiles y víctimas desamparadas bajo su poder y control. Si puede engañarnos, sabe que caeremos en el temor y que no podremos resistirle con fe. En 2 Corintios 2:11 se nos llama a conocer los trucos y tácticas engañosas del diablo: "para que Satanás no se aproveche de nosotros, pues no ignoramos sus artimañas". Si no puede engañarnos con cosas grandes, lo intentará con cosas más pequeñas. Va a usar la acusación y la condenación para debilitar nuestra fe, primero acusa, formula cargos por alguna falla, fracaso o debilidad en su vida. La acusación puede ser verdadera o falsa, verdadera si usted realmente ha fallado, y falsa cuando se va a valer de sus dudas o ignorancia. Su propósito es llevarnos hacia sentimientos de hundimiento y desesperación, desea que pensemos que Dios se ha olvidado de nosotros y que tenemos poca esperanza para el futuro, usará el engaño en todas sus expresiones.

Su deseo es hacernos débiles en nuestra fe, de manera que no nos sintamos lo suficientemente fuertes para enfrentarnos con él en la lucha; si nuestro corazón se siente pesado por la condenación, nuestra fe será débil o nos sentiremos sin fe. Sin fe no lucharemos, y esto es lo que el diablo desea, un cristiano que no luche ni se resista.

Pero, aporta Pablo en Romanos 8:33-34: "¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica.¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros". Satanás buscará un área débil en nuestra vida y la traerá delante de nosotros una y otra vez. Lo utilizará para llenarnos de sentimientos de culpa, temor, duda y desesperación. Intentará apartarnos de nuestro refugio en Cristo, de nuestra justicia en Él, pero dice la escritura en Romanos 8:1-2:

"Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la naturaleza pecaminosa anuló su poder; por eso Dios envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así condenó Dios al pecado en la naturaleza humana, a fin de que las justas demandas de la ley se cumplieran en nosotros, que no vivimos según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu".

Donde hay conocimiento no puede haber engaño, si conocemos el amor de Dios no seremos engañados.