Las necesidades del recién nacido


El recién nacido en Cristo necesita alimentación, no con libros teológicos sino con la leche de la Palabra de Dios: "Yo, hermanos, no pude dirigirme a ustedes como a espirituales sino como a inmaduros, apenas niños en Cristo. Les di leche porque no podían asimilar alimento sólido, ni pueden todavía.." (1 Corintios 3:1-2 NVI).

La leche aquí se refiere a las cosas fundamentales de la vida cristiana, tales como: la seguridad de la salvación, el tiempo devocional, la victoria sobre la tentación, etc. Al principio es necesario que los padres le den de comer al recién nacido, pero después de cierto tiempo, él mismo debe aprender como hacerlo. Un cristiano maduro no debe depender solo de sermones o libros teológicos para recibir su alimento espiritual, debe poder alimentarse directamente de la Palabra de Dios.

El recién nacido también necesita protección, especialmente contra los ataques de Satanás, el cual como león rugiente, anda buscando a quien devorar (1 Pedro 5:8). Un nuevo creyente es muy suceptible a los ataques del diablo, y necesita apoyo en aprender como defenderse.

El recién nacido también necesita capacitación. Se ve el ejemplo de Pablo en cuanto a esto en Colosense 1:28 "A este Cristo proclamamos, aconsejando y enseñando con toda sabiduría a todos los seres humanos, para presentarlos a todos perfectos en él".

El nuevo creyente debe aprender como:

* Comer: alimentarse con la Palabra de Dios

* Caminar: vivir en obediencia a Dios

* Hablar: compartir su fe con otros

En la Gran Comisión, Jesús no mandó solamente que enseñaramos todas sus palabras, Él dijo "enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado". Sin obediencia a Cristo, el cristiano se pone tibio, lo cual es aborrecible para Dios (Apocalipsis 3:15-16).