El CABALLITO


Un padre llevó a su hijito por un paseo largo en el bosque. Como era pequeño le llevaba sobre su hombros por mucho rato. Luego le puso sobre sus pies y le dijo que tendría que caminar hasta la casa. Al rato el pequeño lloraba porque estaba muy cansado, demasiado cansado para tomar un paso más.

El padre cortó un palito y lo limpió muy bien de toda astilla mientras el niño observaba. Al terminar dijo: "mira, hijo, te presento con tu propio caballito para que te lleve a casa".

Muy contento, el niño se montó sobre su caballito y entre saltos y carreras llegó a su casa. Y en la casa dió vueltas por todo el jardín hasta que tuvo que ir a bañarse y acostarse, ya rendido.

De la misma manera, nuestro Padre nos lleva alzados, y a veces nos deja caminar, y muchas veces creemos que ya no podemos más. Es ahí cuando alguien, movido por Él, nos ofrece un caballito: una idea, una promesa, una canción, un cariño, una oración, o lo que sea que nos anima, y sobre ese corcel seguimos a la meta.

¿Necesitas un caballito? ¿Otro hermano está necesitando un caballito? Ofrescámoslo con ternura, recordando nuestro propio cansancio a veces. Eso hace la diferencia para un pequeño hermano.
- Kirt Melberg -

El apóstol Pablo se convirtió en ese proveedor de caballitos para todos los creyentes, nos dejó una serie de cartas con las cuales busca llenarnos de nuevos ánimos y de que continuemos con nuestro camino hacia la promesa de vida eterna. Frases como ésta son un caballito para el que se sienta cansado: "Estoy convencido de esto, el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús" Filipenses 1:6 NVI

También en la carta a los Efesios podemos encontrar otro caballito que nos ayudarará a seguir nuestro viaje:
"Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en las regiones celestiales con toda bendición espiritual en Cristo. Dios nos escogió en él antes de la creación del mundo, para que seamos santos y sin mancha delante de él. En amor nos predestinó para ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, según el buen propósito de su voluntad, para alabanza de su gloriosa gracia, que nos concedió con su amado. En Él tenemos la redención mediante su sangre, el perdón de nuestos pecados, conforme a las riquezas de la gracia que Dios nos dió en abundancia con toda sabiduría y entendimiento.
Él nos hizo conocer el misterio de su voluntad conforme al buen propósito que de antemano estableció en Cristo, para llevarlo a cabo cuando se cumpliera el tiempo: reunir el Él todas las cosas, tanto las del cielo como las de la tierra.
En Cristo también fuimos hechos herederos, pues fuimos predestinados según el plan de aquel que hace todas las cosas conforme al designio de su voluntad, a fin de que nosotros, que ya hemos puesto nuestra esperanza en Cristo, seamos para alabanza de su gloria.
En Él también ustedes, cuando oyeron el mensaje de la verdad, el evangelio que les trajo la salvación, y lo creyeron, fueron marcados con el sello que es el Espíritu Santo prometido. Éste garantiza nuestra herencia hasta que llegue la redención final del pueblo adquirido por Dios, para alabanza de su gloria." Efesios 1:3-14 NVI

Los cristianos tenemos un caballito en las escrituras, es la fuente de nuestras fuerzas y de nuestra esperanza, si recurrimos a ella diariamente, tendremos ese caballito que no permitirá más cansansio, ni desánimo, ni falta de voluntad, sino que por el contrario, será el que nos dé nuevas fuerzas, y hasta para compartirlas con el prójimo.