Abrir la boca y meter la pata





Cuántas veces por abrir la boca ha metido usted la pata?
Empecemos explicando el significado de esta expresión en español: “METER LA PATA” significa cometer una falta, equivocarse. Su origen puede derivar de que, cuando un animal metía una pata en la trampa de un cazador, había cometido una gran error, ya que dicho animal estaba sentenciado a morir.

Pues, se dice que ‘la pifiamos’ o que ‘metemos la pata’ cuando cometemos un fallo o somos inconvenientes estropeando momentos o pecando de indiscretos; cuando decimos o hacemos algo indebido, en el momento inoportuno.

Abrir la boca y meter la pata es un mal de todos en algún momento de la vida. Además, meterla dos veces en el mismo hueco también nos pasa a unos.

Muchas veces damos una opinión antes de conocer todos los hechos, o hacemos sugerencias que nadie quiere escuchar. "Es necio y vergonzoso responder antes de escuchar" dice Proverbios 28:13, porlo que debemos escuchar a los demás, oyendo con cuidado lo que quieren decir, y no sólo las palabras que están diciendo.

Esto es un precioso regalo que nos podemos dar unos a otros, especialmente dentro de nuestras familias, que es muchas veces donde más fallamos. Es difícil ser buen escuchador, es una habilidad que debemos desarrollar conscientemente.

Es vital el saber escuchar para tener una buena relación con los demás, así como nostros demandamos que nos escuchen, que nos pongan atención y que entiendan lo que queremos decir, de la misma forma que se quiere que funcione en un sentido, debe funcionar en el otro.

No solo es importante que escuchemos a los demás, sino que tiene una suprema importancia que escuchemos a Dios. Esto afecta nuestra relación continua con Él, y también nuestra relación con los miembros de la familia.

Cuando vamos a la casa de Dios para adorarlo, debemos hacerlo con reverencia: Cuando vayas a la casa de Dios, cuida tus pasos y acércate a escuchar en vez de ofrecer sacrificio de necios, que ni conciencia tienen de que hacen mal. No te apresures, ni con la boca ni con la mente, a proferir ante Dios palabra alguna; él está en el cielo y tú estás en la tierra. Mide, pues, tus palabras. Quien mucho se preocupa tiene pesadillas, y quien mucho habla dice tonterías. Cuando hagas un voto a Dios, no tardes en cumplirlo, porque a Dios no le agradan los necios. Cumple tus votos: Vale más no hacer votos que hacerlos y no cumplirlos.
No permitas que tu boca te haga pecar, ni digas luego ante el mensajero de Dios que lo hiciste sin querer. ¿Por qué ha de enojarse Dios por lo que dices, y destruir el fruto de tu trabajo? Más bien, entre tantos absurdos, pesadillas y palabrerías, muestra temor a Dios.
(Eclesiastés 5:1-7 NVI)