Los sociólogos dicen que cada sociedad va creando su propio mundo. Se habla del mundo de valores, que incluyen modas, estilos de vida, posesiones, diversiones, lenguaje, creencias, tradiciones y todo lo que tiene que ver con los valores de la sociedad. Nuestra sociedad occidental actual ha sido formada por una serie de influencias que incluye elementos del cristianismo, pero también del positivismo, el escepticismo, la negación de lo sobrenatural y de la revelación.
En nuestros días estamos viendo el colapso de este tipo de racionalismo y la gente está volviendo a buscar lo trascendental y a menudo lo irracional. Pero ya que los intelectuales han concluido que la revelación bíblica es una idea pasada de moda y descalificada por esa línea de pensamiento naturalista-humanística, buscan lo trascendental en la Nueva Era, las drogas, las religiones orientales, el espiritismo o la astrología. Ahora el relativismo prevalece en el campo de la ética y la religión.
Aunque todo esto pareciera muy filosófico, esta manera de pensar, que sale en todos los medios de comunicación, afecta profundamente la sociedad. La violencia, la corrupción, la inmoralidad sexual y los valores puramente materialistas son cada vez más evidentes.
Algo del mismo deslizamiento moral estaba pasando en Israel en el tiempo de los profetas. Ellos propusieron volver a la contracultura de Moisés. Moisés había descalificado a los dioses falsos, dirigió el pueblo a la adoración a Dios, a ponerle a Él primero en su vida y obedecerle. En el sermón del monte, Jesús profundiza e interioriza éstos mismos principios éticos. Tiene razón Jhon Stott cuando lo llama “la contra – cultura cristiana”.
La sociedad que nos rodea se aparta cada vez más de las normas y de los valores bíblicos. Por eso es cada vez más urgente que prestemos atención a la formación de esta contra – cultura cristiana. Jesús no enseñó una contra – cultura reaccionaria, cerrada en sí misma, sino una contra – cultura misionera. Los cristianos participamos en la sociedad occidental en que vivimos, pero a la vez, tenemos valores diferentes, somos parte de la sociedad general, pero también hacemos una contra – cultura que debe ir sanando y bendiciendo toda la sociedad.
(Escrito por Mervin Breneman)
“Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa. Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo”.
Mat 5:14-16 NVI