Por Juan Kessler
En toda mi vida nunca he predicado un sermón tópico; siempre he basado mis mensajes en textos o pasajes bíblicos, pero esta vez creo que hay un buen motivo para dar un sermón tópico. El pastor de una pequeña iglesia en Florida, llamado Terry Jones, quiso quemar una copia del Corán en el noveno aniversario del ataque terrorista contra las torres gemelas en Nueva York. El intento de Jones provocó un alboroto mundial y hasta el Papa y el presidente de los Estados se expresaron sobre el asunto. Lo que me llama la atención es que en todo lo que se dijo al respecto, con una excepción, no hubo una mención de la Biblia, ni aun de los valores bíblicos. La excepción fue el mismo Terry Jones que dijo que el Corán era un libro malvado que decía algo diferente de la Biblia y que motivaba una conducta violenta entre los musulmanes. Quiero hablar de estas dos últimas cosas.
Hay muchísimos libros que se oponen a la verdad bíblica. Si utilizamos este argumento tendríamos que quemar buena parte de los libros en el mundo. Además hay muchas cosas en que el Corán está de acuerdo con la Biblia. El Corán dice que hay un solo Dios y la Biblia también. El Corán afirma que este Dios creó los cielos y la tierra y la Biblia dice lo mismo. El Corán prohíbe la adoración de dioses falsos y de ídolos, igual que la Biblia. El Corán prohíbe matar a personas excepto en situaciones de guerra, así como lo hace la Biblia. El Corán afirma que no debemos robar, engañar y dar falso testimonio igual que la Biblia. El Corán insiste en que debemos ser fieles a nuestros cónyuges, así como la Biblia. El Corán habla de Abraham y de Jesucristo con mucho respeto y hasta con reverencia. ¿Cuáles son entonces las diferencias? El Corán niega que Jesús sea el Hijo de Dios, y peor todavía en el sura cuatro versículo 157 niega que Jesús murió en la cruz, sino que se puso una imagen de Él allí. Además el Corán enseña que debemos ganar nuestra salvación con buenas obras. Desgraciadamente hay cristianos que en efecto dicen lo mismo, o sea que con una buena ofrenda podemos asegurarnos de la bendición física y material de Dios.
En cuanto a la violencia es cierto que hay en el Corán pasajes que exhortan a la violencia contra aquellos que se oponen al mensaje de Mahoma, pero en el Antiguo Testamento encontramos pasajes no sólo de odio contra los enemigos de Dios, sino un mandato de apedrear a los falsos profetas. La diferencia es que en la Biblia notamos claramente una revelación progresiva. Dios tomó a los israelitas de la mano en la situación en que estaban y como buen pedagogo y los llevó paso por paso a conceptos muy diferentes. Por eso Cristo predicó: “Ustedes han oído que se dijo: ’Ojo por ojo, y diente por diente’, pero yo les digo: no resistas al que te haga algún mal; al contrario, si alguien te pega en la mejilla derecha, ofrécele también la otra” (Mateo 5:38-39) y Cristo continuó diciendo: “También han oído que se dijo: ‘Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo.’ Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes les persiguen” (Mateo 5:43-44). Sin embargo, es importante notar que la gran mayoría de los musulmanes hoy interpretan los pasajes violentos del Corán en la misma manera que cristianos interpretan pasajes similares en el Antiguo Testamento, o sea que estos pasajes se refieren a la situación específica de aquel entonces y no deben aplicarse a la situación actual. Por eso la gran mayoría de los musulmanes no son violentos. A mi juicio la defensa que ofreció Terry Jones de lo que proponía hacer no tiene base.
¿Pero existe algún respaldo bíblico por la idea de quemar cosas ofensivas a Dios? Hay el ejemplo del rey Josías que destruyó muchas cosas idólatras (2 Reyes 23:4-15). La diferencia con Terry Jones es que Josías estaba quemando cosas feas que se habían metido en su propia religión, mientras que el pastor Jones quiso destruir algo que pertenecía a la religión de otros. En el Nuevo Testamento se encuentra la historia de la quema de libros en Éfeso (Hechos 19:18-20). En este caso hay dos diferencias. En primer lugar se trataba de libros de magia. He leído el Corán con cuidado. Hay cosas en ello con las cuales discrepo seriamente, pero jamás podría afirmar que el Corán es un libro de magia. En segundo lugar, los conversos en Éfeso estaban quemando sus propios libros como testimonio público a fin de que otros no sean engañados. Terry Jones no estaba renunciando nada de sus propias creencias sino que quería vengarse de lo que hicieron extremistas hace nueve años, hiriendo a otros en sus convicciones.
A mi juicio la razón principal porque no debemos quemar ejemplares del Corán es que la Biblia nos exhorta una y otra vez de amonestar a otros con amor y suavidad. “No paguen a nadie mal por mal. Procuren hacer lo bueno delante de todos” (Romanos 12:17-18). “Que todos los conozcan como personas bondadosas” (Filipenses 4:5). “Un siervo del Señor no deben andar en peleas; al contrario debe ser bueno con todos. Debe ser apto para enseñar: debe tener paciencia y corregir con corazón humilde a los rebeldes, esperando que Dios haga que se vuelvan a Él y conozcan la verdad” (2 Timoteo 2:24-25). En el 1457, en medio de mucha lucha religiosa uno de los fundadores de la iglesia Morava declaró: “El reino de Dios no se edifica con violencia” y yo añadiría: no con violencia sea física, verbal, sicológica, administrativa o emocional. A mí me parece que Terry Jones estaba pensando en la violencia emocional. En cambio el reino de Dios se edifica, como lo expresó Pablo con “vivir en justicia, paz y alegría por medio del Espíritu Santo” (Romanos 14:17).