HUDSON TAYLOR Y EL VIENTO


Cuando el gran misionero Hudson Taylor fue a China, viajó en un barco de velas. Mientras que se acercaban a la Península de Malay y la isla de Sumatra, el misionero escuchó a alguien tocando la puerta de su cabina. Al abrir la puerta, encontró al capitán diciendo, "Señor Taylor, no hay viento. Estamos acercándonos a una isla donde temo se encuentran puros caníbales."

"¿Qué puedo yo hacer?", preguntó el señor Taylor. El capitán respondió, "Yo entiendo que tú eres un cristiano y que crees en Dios. Necesito que ores a Dios para que nos mande viento." "Está bien, capitán, yo lo haré. Pero primero tu necesitas levantar y abrir las velas". "Pero eso sería una locura", dijo el capitán. "No hay nada de viento. Además, los marineros creerán que soy loco."

Pero después de mucha insistencia de parte del misionero, se sometió a lo que le exigía. Después de cuarenta y cinco minutos, el capitán regresó para encontrar al misionero Taylor todavía sobre sus rodillas orando. "Puedes dejar de orar ahora", dijo el capitán. "No sabemos ni qué hacer con todo el viento que tenemos."

Es común encontrar en los evangelios a Jesús diciendo "tu fe te ha salvado". En Mateo 9:20-22 encontramos el hecho de la mujer con doce años de flujo de sangre, que tiene fe de que con solo tocar su manto sería sana, y el Señor al sentir que le han tocado se dice esas maravillosas palabras "tu fe te ha salvado".

Así también en Marcos 10:46-52 está el hecho de Bartimeo el ciego, quien al oir a Jesús clamaba a gritos "Jesús Hijo de David, ten misericordia de mi", y a pesar de que otros le callaban, él seguía pidiendo misericordia, y Jesús también le dice "tu fe te ha salvado".

En todos estos casos, la fe en Jesús hizo que dieran un paso, un acto de fe. No solo creyeron que podía pasar, sino que actuaron. Como en el relato del barco y el viento, el Sr. Hudson le pide al capitán del barco que alce las velas, aún sin viento, como ese acto de fe, no necesito ver para esperar lo mejor de mi Señor.

Tenemos que aprender a andar por fe, pero no tenemos que quedarnos esperando a ver los milagros para declararlos, así sería muy simple y sencillo, tenemos que aprender a declarar los milagros antes de que sucedan, entonces sí podremos decir que tenemos fe. Pero no debemos olvidar que estamos a merced de la divina voluntad de Dios.

"Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan". Hebreos 11:6