Alguna vez ha culpado usted a Dios por lo que le pasa? He conocido personas que se han alejado de Dios porque creen que Dios les ha abandonado, o que los ha ignorado, o que los ha llevado por caminos escabrosos, difíciles y malos. Pero la Biblia enseña todo lo contrario, y es necesario entender que lo malo no procede de Dios.
Santiago 1:13-17 dice: “Cuando sean ustedes tentados a hacer lo malo, no le echen la culpa a Dios. Él no puede ser tentado, ni tienta a nadie a hacer lo malo. Al contrario, cuando somos tentados, son nuestros propios deseos los que nos arrastran y dominan. Los malos deseos nos llevan a pecar; y cuando vivimos solo para hacer lo malo, lo único que nos espera es la muerte eterna.
Mis queridos hermanos, no sean tontos ni se engañen a ustedes mismos. Dios es quien nos da todo lo bueno y todo lo perfecto. Dios mismo creó todas las estrellas del cielo, y nunca cambia. Dios quiso que fuéramos sus hijos. Por eso nos dio una vida nueva por medio de la buena noticia de salvación". (Lenguaje sencillo)
Estos versos dejan ver muy claro que Dios es el autor de las cosas buenas. Juan escribe en su evangelio que Jesús dijo: “el ladrón no viene sino a hurtar, matar y destruir, yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”. Así que una forma práctica y simple de ver las cosas es: si es bueno, es de Dios, si es malo, es del enemigo. Santiago nos da una fórmula para vivir una vida recta: “someteos, pues a Dios, resistid al diablo, y huirá de vosotros” (4:7).
Al que tenemos que resistir es al diablo. Resistir significa estar en contra activamente, una lucha constante, resistir al diablo es no entregarse a la voluntad del diablo . El someterse a Dios es entregarle el control total de nuestra vida, para que sea Él quien la dirija. Pero algunas veces hacemos todo lo contrario, resistimos a Dios y nos sometemos al diablo, por eso podemos culpar a Dios de nuestras tragedias y desilusiones.
“Dios es quien nos da todo lo bueno y todo lo perfecto. Dios mismo creó todas las estrellas del cielo, y nunca cambia. Dios quiso que fuéramos sus hijos. Por eso nos dio una vida nueva por medio de la buena noticia de salvación” (Santiago 1:17 BLS).
“Pero el que siempre hace lo malo es amigo del diablo, porque el diablo ha estado pecando desde el día en que Dios creó al mundo. Por esta razón vino el Hijo de Dios al mundo: para destruir todo lo que hace el diablo” (1 Juan 3:8 BLS).
En Romanos 8:28 se nos dice que “a los que aman a Dios todas las cosas le ayudan a bien”, no está diciendo que todas las cosas provienen de Dios, ya sabemos que algunas provienen de nuestro enemigo que vino a hurtar, matar y destruir. Lo que dice es que todas las cosas ayudan a bien, pero pone una restricción para ello, porque dice que ayudan a bien “a los que aman a Dios”. Así que alguien que ama a Dios se somete a Dios y resiste al diablo, por lo que las cosas que le ayudan a bien serán las cosas de Dios.
Los que están resistiendo al diablo y están viviendo para Dios pueden decir que no importa lo que el diablo haga en sus vidas, Dios puede darle vuelta y usarlo para bien. Por lo tanto, Dios no tiene la culpa, Él quiere que tengamos vida, y vida en abundancia.
Santiago 1:13-17 dice: “Cuando sean ustedes tentados a hacer lo malo, no le echen la culpa a Dios. Él no puede ser tentado, ni tienta a nadie a hacer lo malo. Al contrario, cuando somos tentados, son nuestros propios deseos los que nos arrastran y dominan. Los malos deseos nos llevan a pecar; y cuando vivimos solo para hacer lo malo, lo único que nos espera es la muerte eterna.
Mis queridos hermanos, no sean tontos ni se engañen a ustedes mismos. Dios es quien nos da todo lo bueno y todo lo perfecto. Dios mismo creó todas las estrellas del cielo, y nunca cambia. Dios quiso que fuéramos sus hijos. Por eso nos dio una vida nueva por medio de la buena noticia de salvación". (Lenguaje sencillo)
Estos versos dejan ver muy claro que Dios es el autor de las cosas buenas. Juan escribe en su evangelio que Jesús dijo: “el ladrón no viene sino a hurtar, matar y destruir, yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”. Así que una forma práctica y simple de ver las cosas es: si es bueno, es de Dios, si es malo, es del enemigo. Santiago nos da una fórmula para vivir una vida recta: “someteos, pues a Dios, resistid al diablo, y huirá de vosotros” (4:7).
Al que tenemos que resistir es al diablo. Resistir significa estar en contra activamente, una lucha constante, resistir al diablo es no entregarse a la voluntad del diablo . El someterse a Dios es entregarle el control total de nuestra vida, para que sea Él quien la dirija. Pero algunas veces hacemos todo lo contrario, resistimos a Dios y nos sometemos al diablo, por eso podemos culpar a Dios de nuestras tragedias y desilusiones.
“Dios es quien nos da todo lo bueno y todo lo perfecto. Dios mismo creó todas las estrellas del cielo, y nunca cambia. Dios quiso que fuéramos sus hijos. Por eso nos dio una vida nueva por medio de la buena noticia de salvación” (Santiago 1:17 BLS).
“Pero el que siempre hace lo malo es amigo del diablo, porque el diablo ha estado pecando desde el día en que Dios creó al mundo. Por esta razón vino el Hijo de Dios al mundo: para destruir todo lo que hace el diablo” (1 Juan 3:8 BLS).
En Romanos 8:28 se nos dice que “a los que aman a Dios todas las cosas le ayudan a bien”, no está diciendo que todas las cosas provienen de Dios, ya sabemos que algunas provienen de nuestro enemigo que vino a hurtar, matar y destruir. Lo que dice es que todas las cosas ayudan a bien, pero pone una restricción para ello, porque dice que ayudan a bien “a los que aman a Dios”. Así que alguien que ama a Dios se somete a Dios y resiste al diablo, por lo que las cosas que le ayudan a bien serán las cosas de Dios.
Los que están resistiendo al diablo y están viviendo para Dios pueden decir que no importa lo que el diablo haga en sus vidas, Dios puede darle vuelta y usarlo para bien. Por lo tanto, Dios no tiene la culpa, Él quiere que tengamos vida, y vida en abundancia.