Eres pobre o rico?

Es común ver como diferentes programas y revistas andan en busca de las personas más ricas del mundo. Esa riqueza la basan en posesiones materiales, dentro de ellas el dinero. Pero sabemos que a los que hemos recibido a nuestro Señor Jesucristo como Salvador, el dinero no lo es todo.

Un periodista mexicano escribió una nota que es digna de reproducirse, ya que nos alienta a pensar en las verdaderas riquezas que tenemos los creyentes en el Dios Todopoderoso. Es una lucha constante la que tenemos que lidiar con los parámetros de valores que está diseñando la sociedad actual, ya que sus valores no son los mismos valores que nos enseñan las escrituras.

Esperamos que después de leer la siguiente nota, usted pueda también decir que es muy rico, inmensamente rico, a tal punto que ni los mismos parámetros de riqueza que el mundo exalta, pueden comprar o conseguir la riqueza que tenemos los Hijos de Dios.

"El que no tiene el Espíritu no acepta lo que procede del Espíritu de Dios, pues para él es locura. No puede entenderlo, porque hay que discernirlo espiritualmente. En cambio, el que es espiritual lo juzga todo, aunque él mismo no está sujeto al juicio de nadie, porque ¿quién ha conocido la mente del Señor para que pueda instruirlo?. Nosotros, por nuestra parte, tenemos la mente de Cristo".(1Co 2:14-16)"

Esta es la nota que escribe Armando Fuentes Aguirre y usa el seudónimo "Catán", es un periodista mexicano brillante:

Me propongo demandar a la revista "Fortune", pues me hizo víctima de una omisión inexplicable. Resulta que publicó la lista de los hombres más ricos del planeta, y en esta lista no aparezco yo. Aparecen, el sultán de Brunei y también los herederos de Sam Walton y Takichiro Mori. Figuran ahí­ también personalidades como la Reina Isabel de Inglaterra, Stavros Niarkos, y los mexicanos Carlos Slim y Emilio Azcárraga.

Sin embargo a mí­ no me menciona la revista. Y yo soy un hombre rico, inmensamente rico. Y si no, vean ustedes: tengo vida, que recibí­ no sé por qué, y salud, que conservo no sé cómo. Tengo una familia, esposa adorable que al entregarme su vida me dio lo mejor de la mí­a; hijos maravillosos de quienes no he recibido sino felicidad; nietos con los cuales ejerzo una nueva y gozosa paternidad. Tengo hermanos que son como mis amigos, y amigos que son como mis hermanos.

Tengo gente que me ama con sinceridad a pesar de mis defectos, y a la que yo amo con sinceridad a pesar de mis defectos. Tengo cuatro lectores a los que cada dí­a les doy gracias porque leen bien lo que yo escribo mal. Tengo una casa, y en ella muchos libros (mi esposa diría que tengo muchos libros, y entre ellos una casa). Poseo un pedacito del mundo en la forma de un huerto que cada año me da manzanas que habrá­n acortado aún más la presencia de Adán y Eva en el Paraí­so. Tengo un perro que no se va a dormir hasta que llego, y que me recibe como si fuera yo el dueño de los cielos y la tierra.

Tengo ojos que ven y oí­dos que oyen; pies que caminan y manos que acarician; cerebro que piensa cosas que a otros se les habí­an ocurrido ya, pero que a mí­ no se me habí­an ocurrido nunca. Soy dueño de la común herencia de los hombres: alegrí­as para disfrutarlas y penas para hermanarme a los que sufren. Y tengo fe en Dios que guarda para mí­ infinito amor. ¿Puede haber mayores riquezas que las mí­as?

¿Por qué, entonces, no me puso la revista "Fortune" en la lista de los hombres más ricos del planeta? ¿Y a ti, cómo te consideras? ¿Rico o pobre?



HAY GENTE POBRE, PERO TAN POBRE, QUE LO UNICO QUE TIENE ES... DINERO.

Armando Fuentes Aguirre (Catán)