Paz con Dios

La paz con Dios no viene automáticamente, ya que todos nosotros hemos pecado y nos hemos enajenado de Dios. En vez de vivir en la forma necesaria para disfrutar su comunión, cada uno de nosotros lleva en su propio ser la mancha del pecado (Romanos 3:23). Como resultado, merecíamos la separación eterna de Dios (Romanos 6:23). !Que mala noticia!

Pero la buena noticia es esta: "De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna" (Juan 3:16). Por inmolarse en la cruz, Cristo ha hecho posible que tengamos paz con Dios.

El apóstol Pablo escribió:

"Porque agradó al Padre que en Él (Cristo) habitase toda plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas....haciendo la paz mediante la sangre de su cruz" (Colosenses 1:19,20)
"Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes (Romanos 5:1,2).

Creer en Cristo significa más que ser bautizado, ir a la iglesia, o tratar se ser una buena persona. Ninguna de estas actividades puede borrar los pecados que hemos cometido y seguiremos cometiendo a través de la vida. Creer en Cristo significa antes que nada, admitir que se es pecador y reconocer que no se puede absolutamente ganar la justificación con Dios mediante las buenas obras (Romanos 3:20, Efesios 2:8,9).

En segundo lugar, significa creer que cuando Cristo murió en la cruz saldó plenamente la deuda por los pecados (Isaías 53:1,12; 1 Pedro 2:24,25). Dicho de otro modo, creer en Cristo significa confiar que en el calvario Él intercambió los expedientes con usted, eso es, que el Señor se responsabilizó por las obras pecaminosas de usted y las pagó de pleno, y que a cambio puso en manos suyas un limpio expediente que abre las puertas del camino de la paz con Dios.

Conforme usted aprende más de Dios y vive más cerca de Él, ésta paz puede llenar cada aspecto de su vida.