Cuando yo era pequeño, mi mamá solía coser mucho. Yo me sentaba cerca de ella y le preguntaba que estaba haciendo. Ella me respondía que estaba bordando. Siendo yo pequeño, observaba el trabajo de mi mamá desde abajo, por eso siempre me quejaba diciéndole que solo veía hilos feos. Ella me sonreía, miraba hacia abajo y gentilmente me decía:
"Hijo ve afuera a jugar un rato y cuando haya terminado mi bordado te pondré sobre mi regazo y te dejaré verlo desde arriba".
Me preguntaba por que ella usaba algunos hilos de colores oscuros y porque me parecía tan desordenados desde donde yo estaba. Más tarde escuchaba la voz de mamá diciéndome: "Hijo, ven y siéntate en mi regazo". Yo lo hacía de inmediato y me sorprendía y emocionaba al ver la hermosa flor o el bello atardecer en el bordado. No podía creerlo; desde abajo solo veía hilos enredados.
Entonces mi mamá me decía: " Hijo desde abajo se veía confuso y desordenado, pero no te dabas cuenta de que había un plan arriba. Yo tenía un hermoso diseño. Ahora míralo desde mi posición, que bello".
Muchas veces a lo largo de los años he mirado al cielo y he dicho: "Padre, ¿qué estás haciendo?". El responde:" Estoy bordando tu vida". Entonces yo le replico: "pero se ve tan confuso, es un desorden. Los hilos parecen tan oscuros, ¿porqué no son más brillantes?" El Padre parecía decirme: "Mi niño, ocúpate de tu trabajo confiando en Mí y un día te traeré al cielo y te pondré sobre mi regazo y verás el plan desde mi posición. Entonces entenderás...." (Autor desconocido).
Nos gusta resolver nosotros mismos nuestros problemas y tomar nuestras propias decisiones. Somos por naturaleza "autosuficientes". Sin embargo la Biblia nos enseña que necesitamos sabiduría divina para enfrentar los problemas, que no somos capaces de tomar el camino correcto sin el Señor, que nuestra inteligencia o astucia es insuficiente para salir bien librados de las dificultades de la vida.
Nuestra naturaleza humana tiene grandes limitaciones, hay gran cantidad de situaciones que no logramos entender, casos en la vida a los que no le encontramos lógica, porque el hombre siempre quiere entender el por qué de las cosas, y eso puede ocasionar frustraciones y depresiones por la impotencia de no poder cambiar algunas situaciones en nuestra vida.
Es una lucha interna la que hay que desatar para librarnos de querer controlar todo en la vida, muchos factores están fuera de nuestro control: el tiempo, el espacio, el clima, la muerte, el envejecimiento, la violencia, la corrupción, las crisis, la decisiones de los demás, y tantas otras situaciones que se presentan cotidianamente en nuestra vidas. En algunas de ellas podemos influir, pero debemos reconocer que hay un ser supremo que tiene un mejor plan para cada uno de nosotros, y que va a utilizar los medios necesarios para llevarlo a cabo.
Cuando tenemos fe en Dios, le obedecemos, le seguimos, y aprendemos que esa fe sin obras está muerta. Podemos influir, pero debemos tener la humildad de reconocer que sí hay un Dios que nos ama, y desea lo mejor para nosotros, aceptar su soberanía en el orden natural y sobrenatural. No nos obliga a recibirlo en nuestro corazón, nos permite elegir, no obstante tenemos esa libertad hasta el día en que entendemos que solo Él es Dios y Todopoderoso.
No podemos entender su plan para con nosotros ni para la humanidad sin conocerlo, sin tener intimidad con Él, sin estudiar y meditar en su palabra, no podemos entender muchos porqués, y aún estando cerca de Él, habrán muchas cosas más que no podremos entender ni cambiar, pero si estaremos seguros de que tiene el control de todo, y un mejor propósito en todo, que está tejiendo esas maravillas y bendiciones en nuestra vida, y que un día estaremos juntamente con Él por la eternidad.
"Hermanos en Cristo, ustedes deben sentirse muy felices cuando pasen por toda clase de dificultades. Así, cuando su confianza en Dios sea puesta a prueba, ustedes aprenderán a soportar con más fuerza las dificultades. Por lo tanto deben resistir la prueba hasta el final, para que sean mejores y capaces de obedecer lo que se les ordene. Si alguno de ustedes no tiene sabiduría, pídasela a Dios. Él se la da a todos en abundancia sin echárselo en cara" Santiago 1:2-5 BLS.
"Hijo ve afuera a jugar un rato y cuando haya terminado mi bordado te pondré sobre mi regazo y te dejaré verlo desde arriba".
Me preguntaba por que ella usaba algunos hilos de colores oscuros y porque me parecía tan desordenados desde donde yo estaba. Más tarde escuchaba la voz de mamá diciéndome: "Hijo, ven y siéntate en mi regazo". Yo lo hacía de inmediato y me sorprendía y emocionaba al ver la hermosa flor o el bello atardecer en el bordado. No podía creerlo; desde abajo solo veía hilos enredados.
Entonces mi mamá me decía: " Hijo desde abajo se veía confuso y desordenado, pero no te dabas cuenta de que había un plan arriba. Yo tenía un hermoso diseño. Ahora míralo desde mi posición, que bello".
Muchas veces a lo largo de los años he mirado al cielo y he dicho: "Padre, ¿qué estás haciendo?". El responde:" Estoy bordando tu vida". Entonces yo le replico: "pero se ve tan confuso, es un desorden. Los hilos parecen tan oscuros, ¿porqué no son más brillantes?" El Padre parecía decirme: "Mi niño, ocúpate de tu trabajo confiando en Mí y un día te traeré al cielo y te pondré sobre mi regazo y verás el plan desde mi posición. Entonces entenderás...." (Autor desconocido).
Nos gusta resolver nosotros mismos nuestros problemas y tomar nuestras propias decisiones. Somos por naturaleza "autosuficientes". Sin embargo la Biblia nos enseña que necesitamos sabiduría divina para enfrentar los problemas, que no somos capaces de tomar el camino correcto sin el Señor, que nuestra inteligencia o astucia es insuficiente para salir bien librados de las dificultades de la vida.
Nuestra naturaleza humana tiene grandes limitaciones, hay gran cantidad de situaciones que no logramos entender, casos en la vida a los que no le encontramos lógica, porque el hombre siempre quiere entender el por qué de las cosas, y eso puede ocasionar frustraciones y depresiones por la impotencia de no poder cambiar algunas situaciones en nuestra vida.
Es una lucha interna la que hay que desatar para librarnos de querer controlar todo en la vida, muchos factores están fuera de nuestro control: el tiempo, el espacio, el clima, la muerte, el envejecimiento, la violencia, la corrupción, las crisis, la decisiones de los demás, y tantas otras situaciones que se presentan cotidianamente en nuestra vidas. En algunas de ellas podemos influir, pero debemos reconocer que hay un ser supremo que tiene un mejor plan para cada uno de nosotros, y que va a utilizar los medios necesarios para llevarlo a cabo.
Cuando tenemos fe en Dios, le obedecemos, le seguimos, y aprendemos que esa fe sin obras está muerta. Podemos influir, pero debemos tener la humildad de reconocer que sí hay un Dios que nos ama, y desea lo mejor para nosotros, aceptar su soberanía en el orden natural y sobrenatural. No nos obliga a recibirlo en nuestro corazón, nos permite elegir, no obstante tenemos esa libertad hasta el día en que entendemos que solo Él es Dios y Todopoderoso.
No podemos entender su plan para con nosotros ni para la humanidad sin conocerlo, sin tener intimidad con Él, sin estudiar y meditar en su palabra, no podemos entender muchos porqués, y aún estando cerca de Él, habrán muchas cosas más que no podremos entender ni cambiar, pero si estaremos seguros de que tiene el control de todo, y un mejor propósito en todo, que está tejiendo esas maravillas y bendiciones en nuestra vida, y que un día estaremos juntamente con Él por la eternidad.
"Hermanos en Cristo, ustedes deben sentirse muy felices cuando pasen por toda clase de dificultades. Así, cuando su confianza en Dios sea puesta a prueba, ustedes aprenderán a soportar con más fuerza las dificultades. Por lo tanto deben resistir la prueba hasta el final, para que sean mejores y capaces de obedecer lo que se les ordene. Si alguno de ustedes no tiene sabiduría, pídasela a Dios. Él se la da a todos en abundancia sin echárselo en cara" Santiago 1:2-5 BLS.