Cuando yo estaba estudiando en la universidad, una de las materias que tuve que tomar era la de Atletismo. Una de las áreas en esa materia era el Salto de Longitud. Mi maestro, que era excelente, nos puso a todos a saltar una vez sin decirnos nada. Después de que cada uno había saltado, nos dijo ...
"que todos cometimos un error clásico y básico". Dijo que al pisar la línea de despegue, todos nos fijamos en la arena a dónde íbamos a aterrizar.
"Quiero que hagan una cosa diferente en el siguiente salto", dijo mi maestro. Todos pensamos que nos iba a decir que teníamos que correr más rápido o saltar más fuerte o algo semejante.
Qué sorpresa nos dio cuando nos dijo que lo único que quería que hiciéramos diferente esta vez era, en el momento de pisar la línea de despegue, "¡levanta la cabeza y ALZA LA VISTA! Eso va a jalar tu cuerpo en un ángulo que les permitirá tener una mayor longitud en su salto," dijo mi maestro.
Eso me puso a pensar en Juan 4:35, que dice: "¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega."Muchas veces estamos tan enfocados en las cosas de este mundo y en nuestras propias vidas, que nuestros "saltos de fe" son tan pequeños. Eso es cuando tenemos que levantar la cabeza y alzar la vista, "puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe". Solo entonces vamos a hacer grandes cosas en el Señor. Scott P. Brown
Alguien preguntó una vez a Hellen Keller: "¿Qué podría ser peor que la ceguera?" Ella respondió: "Tener la vista y no tener visión."
Los cristianos no podemos perder la meta que tenenos de una vida eterna prometida y ganada por Cristo en la cruz. La falta de visión nos hace perder de vista que esa es la meta principal, y nos desviamos del camino prestando más atención a las presiones de este mundo. El apóstol Pablo lo dice muy claro en la carta a los Efesios:
Efe 1:3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,
Efe 1:4 según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él,
Efe 1:5 en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,
Efe 1:6 para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,
Efe 1:7 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,
Efe 1:8 que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia,
Efe 1:9 dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en si mismo,
Efe 1:10 de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.
Efe 1:11 En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad,
Efe 1:12 a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo.
Efe 1:13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
Efe 1:14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.
Efe 1:15 Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos,
Efe 1:16 no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones,
Efe 1:17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él,
Efe 1:18 alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,
Efe 1:19 y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza,
Efe 1:20 la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,
Efe 1:21 sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero;
Efe 1:22 y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,
Efe 1:23 la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
Efe 2:1 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,
Efe 2:2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,
Efe 2:3 entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
Efe 2:4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,
Efe 2:5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),
Efe 2:6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,
Efe 2:7 para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.
Efe 2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
Efe 2:9 no por obras, para que nadie se gloríe.
Efe 2:10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
"que todos cometimos un error clásico y básico". Dijo que al pisar la línea de despegue, todos nos fijamos en la arena a dónde íbamos a aterrizar.
"Quiero que hagan una cosa diferente en el siguiente salto", dijo mi maestro. Todos pensamos que nos iba a decir que teníamos que correr más rápido o saltar más fuerte o algo semejante.
Qué sorpresa nos dio cuando nos dijo que lo único que quería que hiciéramos diferente esta vez era, en el momento de pisar la línea de despegue, "¡levanta la cabeza y ALZA LA VISTA! Eso va a jalar tu cuerpo en un ángulo que les permitirá tener una mayor longitud en su salto," dijo mi maestro.
Eso me puso a pensar en Juan 4:35, que dice: "¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega."Muchas veces estamos tan enfocados en las cosas de este mundo y en nuestras propias vidas, que nuestros "saltos de fe" son tan pequeños. Eso es cuando tenemos que levantar la cabeza y alzar la vista, "puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe". Solo entonces vamos a hacer grandes cosas en el Señor. Scott P. Brown
Alguien preguntó una vez a Hellen Keller: "¿Qué podría ser peor que la ceguera?" Ella respondió: "Tener la vista y no tener visión."
Los cristianos no podemos perder la meta que tenenos de una vida eterna prometida y ganada por Cristo en la cruz. La falta de visión nos hace perder de vista que esa es la meta principal, y nos desviamos del camino prestando más atención a las presiones de este mundo. El apóstol Pablo lo dice muy claro en la carta a los Efesios:
Efe 1:3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,
Efe 1:4 según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él,
Efe 1:5 en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,
Efe 1:6 para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,
Efe 1:7 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,
Efe 1:8 que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia,
Efe 1:9 dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en si mismo,
Efe 1:10 de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.
Efe 1:11 En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad,
Efe 1:12 a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo.
Efe 1:13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
Efe 1:14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.
Efe 1:15 Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos,
Efe 1:16 no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones,
Efe 1:17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él,
Efe 1:18 alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,
Efe 1:19 y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza,
Efe 1:20 la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,
Efe 1:21 sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero;
Efe 1:22 y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,
Efe 1:23 la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
Efe 2:1 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,
Efe 2:2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,
Efe 2:3 entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
Efe 2:4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,
Efe 2:5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),
Efe 2:6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,
Efe 2:7 para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.
Efe 2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
Efe 2:9 no por obras, para que nadie se gloríe.
Efe 2:10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.