El águila es el ave con mayor longevidad de esas especies. Llega a vivir 70 años, pero para llegar a esa edad, a los 40, debe tomar una seria y difícil decisión. A los 40 años, sus uñas están apretadas y flexibles y no consigue tomar a sus presas de las cuales se alimenta.
Su pico largo y puntiagudo, se curva, apuntando contra el pecho. Sus alas están envejecidas y pesadas y sus plumas gruesas. Volar se hace ya tan difícil!.
Entonces, el águila tiene solamente dos alternativas: morir o enfrentar un dolorido proceso de renovación que durara 150 días. Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y quedarse ahí, en un nido cercano a un paredón, en donde no tenga la necesidad de volar. Después de encontrar ese lugar, el águila comienza a golpear su pico en la pared hasta conseguir arrancarlo. Luego debe esperar el crecimiento de uno nuevo con el que desprenderá una a una sus uñas. Cuando las nuevas uñas comienzan a nacer, comenzará a desplumar sus plumas viejas. Después de cinco meses, sale para su vuelo de renovación y a vivir 30 años más.
En nuestras vidas, muchas veces tenemos que resguardarnos por algún tiempo y comenzar un proceso de renovación para continuar un vuelo de victoria, debemos desprendernos de costumbres, tradiciones y recuerdos que nos causaron dolor. Solamente libres del peso del pasado podremos aprovechar el resultado valioso que una renovación siempre trae.
Albert Einstein dijo: "El mundo tiene problemas que no pueden ser resueltos pensando en la forma en que pensábamos cuando los creamos". Por eso necesitamos renovarnos, y que mejor que renovarnos diariamente en Cristo Jesús. Necesitamos dejar atrás todas las cosas que nos arrastran a una vida pecaminosa, que no agrada a nuestro Señor, necesitamos renovar nuestra forma de vida, aunque esto duela, y nuestra forma de pensar. Ahora debemos pensar en función de la promesa de la vida eterna que está esperando para cada uno de los que hemos creído en el Señor Jesús. Generalmente toda transformación es difícil y causa dolor, pero bien vale la pena cuando se trata de entrar al Reino de Dios.
"Por eso, ya no vivan ni sean como antes, cuando los malos deseos dirigían su manera de vivir. Ustedes deben cambiar completamente su manera de pensar, y ser honestos y santos de verdad, como corresponde a personas que Dios ha vuelto a crear para ser como él". Efesios 4:22-23(BLS)