El ateo y la naranja

Un ateo dictaba una conferencia ante un gran auditorio, y después de haber finalizado su discurso, invitó a cualquiera que tuviese preguntas a que subiera a la plataforma. Después de unos momentos un hombre que había sido bien conocido en la localidad por su aficción a las bebidas embriagantes, pero que había sido salvo recientemente, aceptó la invitación, y sacando una naranja del bolsillo comenzó a pelarla lentamente.

El conferencista le pidió que hiciera la pregunta, pero el hombre continuó imperturbable pelando la naranja, al término del cual, se la comió. Cuando terminó de comérsela se volvió al conferencista y le preguntó:

- Estaba dulce o agria?

-No me pregunte tonterías - respondió el orador con señales evidentes de enojo- Cómo puedo saber el gusto si no la he probado?

El borracho convertido respondió entonces:

- Y cómo puede usted saber algo de Cristo si nunca lo ha probado? (Anónimo)


La fe es la mayor fuerza del mundo, hasta lo que parece imposible se hace posible por la fe. El caminar con Cristo va creando toda una vivencia de experiencias que aquellos que no lo han hecho no lo pueden entender. Debemos siempre tener presente que no estamos solos, el Señor está con nosotros, y con El todo es posible.

Lucas 17: 6 "...Si ustedes tuvieran una fe tan pequeña como un grano de mostaza —les respondió el Señor—, podrían decirle a este árbol: “Desarráigate y plántate en el mar”, y les obedecería". (NVI) Los apóstoles le suplicaron al Señor que les aumentara la fe, no sabemos exactamente las emociones secretas que dieron origen a dicha súplica, más, fuere lo que fuere, no puede negarse que la súplica que hicieron fue de alta trascendencia.

La fe es el cimiento sobre el cual descansa la verdadera religión, la religión que salva. Es el lazo por el cual nos unimos a Cristo para obtener la salvación. Es una fuente de consuelo y de felicidad para el cristiano. En proporción a nuestra fe será nuestra paz, nuestra esperanza, nuestra firmeza, nuestro valor y nuestra piedad. La fe es una virtud que se posee en diferentes grados, la pregunta es: Tenemos fe?.

La fe que salva no consiste meramente en repetir palabras, ni en oraciones modelo. Muchas personas hay que hacen uso de estas palabras diariamente, y que sin embargo, no poseen la verdadera fe. Pablo pide oración para que seamos librados de personas perversas y malvadas porque no todos tienen fe (2 Timoteo 3:2). La verdadera fe no nace con el hombre, sino que desciende de lo alto, porque es el don de Dios.

El que desee salvarse tiene que confesar que de suyo no tiene merecimiento o virtud alguna, tiene que renunciar a su propia justicia, y confiar en la de otro más puro que él: nuestro Señor Jesucristo.

"En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan". Hebreos 11:6 NVI